Ambos conceptos implican el alquiler temporal de un bien, pero están bien diferenciados en esencia y en los términos que ambas partes pacten en el contrato. Se trata de mecanismos en los que, tanto el arrendatario como el arrendador, establecen condiciones para hacer usufructo y está muy extendido en muchos países del mundo.

Cuando se está ante la disyuntiva de qué método suscribir, es importante estar claros qué se necesita. Por ejemplo, para el desarrollo de un proyecto determinado una compañía puede decidir alquilar vehículos en vez de comprarlos. Pero si el aumento de los activos depende del éxito de ese proyecto, una buena idea sea alquilarlos por un tiempo y adquirirlos al final del contrato. Allí están las diferencias entre leasing y renting.

¿Qué es el leasing?

El leasing es una figura de arrendamiento financiero cuyo fin es que quien alquila el bien pueda comprarlo cuando finalice el plazo establecido en la contratación. Se aplica, principalmente a vehículos, pero no es una técnica nueva, aunque sí lo es que se haya masificado y que ahora puedan utilizarlo personas naturales y jurídicas.

Este método fue el sistema con el cual crecieron –y lo siguen haciendo- aerolíneas emergentes en distintos países del mundo. Alquilan en leasing aeronaves por un tiempo determinado y luego estas pasarán a su flota activo. Actúan como arrendatarias, las grandes compañías aéreas que tienen la posibilidad de renovar sus equipos.

¿Qué es el renting?

Del otro lado de la calle está el renting que también es una figura de arrendamiento financiero pero que no contempla que el bien pase a la propiedad del arrendatario. Ampliamente utilizado, principalmente en alquiler de vehículos, el renting en España tiene ventajas administrativas y fiscales.

Por ejemplo, el renting permite aumentar las deducciones fiscales, así como minimizar los gastos relacionados con el mantenimiento de la flota. También permite incrementar su capacidad de endeudamiento, porque las partidas referidas a estos ítems se marcan como gasto, no como inversión.

Diferencias entre leasing y renting

Una diferencia fundamental es el objetivo. El leasing permite disfrutar del bien, el vehículo en este caso, mientras se va pagando para tenerlo en total propiedad. En muchos países latinoamericanos tiene éxito como oportunidad de emprendimiento. El renting permite disfrutar del bien pero no habrá propiedad del mismo.

Por ejemplo, el desarrollo de las aplicaciones de servicio de transporte privado ha permitido, en países como Perú, que el jefe de familia adquiera un vehículo a través de leasing. Mientras él está dedicado a la actividad formal que desarrolla, su esposa se dedique a servicios de mensajería o de transporte privado mediante aplicativos.  Ha sido el método con el que han logrado aumentar los activos familiares en algunos casos.

Otra diferencia es el monto del pago mensual. En el leasing es menor lo que se paga mientras que en el renting las cuotas son más altas. En el primero, quien alquila debe encargarse de todos los servicios y mantenimiento del vehículo, mientras que, en el segundo, quien alquila solo paga el consumo del combustible.

Claro, si alguien ha alquilado un vehículo bajo la modalidad de leasing lo ve como una inversión a futuro, por tanto, lo cuidará sabiendo que será suyo. Las instituciones financieras que hacen renting, establecen limitaciones de uso del bien, para evitar su depreciación excesiva, aunque ese ítem está pagado en la cuota.

Otra diferencia es que el renting está más limitado a vehículos y camiones, mientras que el leasing es más amplio, porque se persigue la propiedad del bien arrendado. Por ejemplo, un médico puede adquirir un equipo de ecosonogramas a través de leasing, pero no de renting. No será rentable para una institución financiera comprar un equipo que luego va a tener que mantener.

Una cuarta diferencia es el costo financiero. En el leasing es mayor que en el renting. Supone que esté sujeto a una tasa de interés, que puede ser variable, encarece el costo del bien en comparación a si se adquiere por un método tradicional de crédito; y las penalizaciones por cancelación anticipada son elevadas.

Aun así, el leasing sigue siendo la opción de muchos autónomos que lo ven como la posibilidad de adquirir un vehículo de manera fácil, rápida y cómoda. Una última diferencia es que el renting es solo para bienes muebles, mientras que el leasing contempla también naves y locales comerciales.

Diferencia de leasing y renting con compra

Cuando se compra un bien se adquiere y punto. Hay que cumplir con una serie de requisitos de financiación, como inicial y capacidad de endeudamiento, además de asumir el interés. En el leasing estas condiciones existen, pero son mínimas, porque se entiende que el bien será utilizado en una actividad productiva. Por eso se asume que será el mismo bien transado el que generará los recursos para ser pagado.

Con el renting la diferencia es abismal. Se paga una alta cuota, se disfruta un bien y se devuelve. Las compañías financieras pueden incluir, en sus cláusulas de contrato, por ejemplo, un límite de kilometraje mensual de un vehículo, para evitar que sea usado en actividades distintas a las reflejadas y declaradas en el contrato de alquiler.

¿Cuál es el ideal?

El que más se adapte a las condiciones del negocio o la persona natural que requiera el bien. Revisar bien las condiciones que se plantean en el contrato será fundamental, así como, en el leasing, asegurarse que se adquiere un vehículo nuevo y en perfectas condiciones, porque anular el contrato de leasing implica penalizaciones muy altas.