El sake es una de las bebidas japonesas más populares y conocidas en todo el mundo. Se suele hablar de él como algo único, pues hay cantidad de personas que no saben que existen muchas variedades diferentes. Si lo piensas, esto tiene todo el sentido del mundo, ya que es lo más habitual en las bebidas alcohólicas.

¿Te gustaría conocer los diferentes tipos de sake y cómo es cada uno de ellos? Hemos elaborado para ti una pequeña guía sobre esta icónica bebida para que puedas degustar las variantes más interesantes y decidir cuál es tu favorita. Sigue leyendo y descubre todo lo que desconoces del líquido más famoso del Japón.

¿Qué es el sake?

El sake es una bebida fermentada que está elaborada a base de agua, arroz, levadura y hongo koji, este último es el aspecto más diferencial y el que podemos encontrar muy a menudo en Japón, pero no tanto en el resto del mundo. Es tan fundamental que sería imposible conseguir el proceso de fermentación del arroz sin aplicar este hongo único.

El proceso por el que pasa puede ser más rápido o más lento, también se puede llevar a cabo a temperaturas diferentes. De estos condicionantes va a depender el tipo de sake que se obtiene después. Lo que permite toda esta elaboración es que la levadura que se integra convierta la sacarosa en alcohol, se conserve mejor y se deguste con su sabor característico.

Cabe destacar que el sake no es un licor que se consuma de vez en cuando, sino la bebida alcohólica más popular en Japón. En esta cultura se toma comúnmente con el aperitivo o bien para acompañar a los platos de sushi. En dicho país es muy fácil de encontrar en cualquier lugar y en diferentes variantes. Para comprarlo en España tendrás que acudir a la tienda especializada Salvioni-Alomar donde encontrarás muchas variantes para degustar diversas propuestas, pues no se comercializan comúnmente en supermercados o tiendas de alimentación.

Los principales ingredientes del sake

Ya hemos mencionado los ingredientes principales del sake, y es que de estos va a depender la calidad de la bebida y el resultado que se obtiene en la fermentación. Te explicamos cómo con al detalle para que comprendas mejor esta elaboración y las diferencias que pueda haber en los tipos de sake que hay en el mercado.

El tipo de arroz

Hablamos de una bebida que se elabora en un país en el que las producciones de arroz son incontables, por lo que hay una gran cantidad de tipos de este cereal diferentes. No creas que es tan sencillo como coger algunos ingredientes de tu despensa occidental y ponerte a hacer una fermentación. Tal y como en las bodegas de vino se experimenta con diversos tipos de uvas, lo mismo ocurre a la hora de producir el sake. Lo común es que se juegue con variantes concretas de este ingrediente para cambiar los matices del sabor y entre las más comunes puedes encontrar el Gohyakumangoku, Miyama nishiki o el Yamada nishiki. De hecho, cada arroz necesita unas condiciones ambientales para crecer y desarrollarse, es todo un mundo.

El agua

El agua para hacer el sake también guarda un papel importante. Parece un ingrediente al que no damos mucho protagonismo porque debe ser totalmente insípida, pero créenos que hacer esta bebida con agua del grupo no dará buen resultado. Por este motivo, las bodegas suelen situarse cerca de manantiales naturales o fuentes que proveen de cantidad de agua de calidad suficiente, repleta de minerales y de propiedades beneficiosas que van a contribuir a la bebida resultante. Es otro de los aspectos que puede hacer que el sabor de una marca o una bodega sea diferente de otro.

El hongo Koji

Para crear un proceso de fermentación en cualquier ingrediente es imprescindible que este cuente con azúcar, y el arroz es un cereal que no lo contiene de forma natural. Ahí es donde entra el hongo Koji, capaz de transformar el almidón en un azúcar con el que la levadura podrá interactuar. Por eso decimos que sin él es imposible crear el famoso sake, y por ello escasea tanto en nuestro país, ya que no solemos disponer de este exótico hongo.

Los tipos de sake y sus diferencias

Los tipos de sake pueden ser tan diferentes que permiten clasificaciones diversas según el criterio que queramos utilizar. Comencemos por dos grandes grupos, los que no tienen alcohol añadido y los que sí tienen, estos últimos son los futsu-shu o sake estándar. Los que presentan un alcohol añadido son baratos y de gran consumo, incluso se emplean para cocinar. Los primeros son los que se presentan como resultado de la fermentación, algo más caros y dispuestos para degustar.

Por otro lado, podemos encontrar una clasificación de los sakes según su proceso de pulido o de elaboración, que van a ser los siguientes:

  • Nigori (turbios)
  • Genshu (sin diluir)
  • Murouka (no filtrados por carbón activo)
  • Koshu (envejecidos en botella o tanque)
  • Taru (envejecidos en madera)
  • Kimoto (sin ácido láctico añadido)
  • Nama (sin pasteurizar)

Si prefieres conocer el sake según el estilo de producción, estos son los diversos tipos que vas a encontrar en el mercado:

  • Namazake: en esta categoría entran los sakes que no están pasteurizados. Se caracterizan por presentar sabores más frescos y de mayor complejidad, ya que aún presentan determinadas levaduras en el interior del propio recipiente. Se deben consumir con cierta rapidez, ya que este condicionante hace que el sabor pueda tener cambios con el tiempo.
  • Nigorizake: su apariencia es algo diferente a la del sake que tenemos normalmente en mente, y de hecho, la textura de esta bebida es bastante cremosa. Al paladar resulta algo dulce, como los licores de postre que empleamos en nuestro país, y lo mejor es tomarlo a una temperatura bastante baja.
  • Genshu: la principal particularidad de este tipo de sake es que contiene una cantidad adicional de agua. El resultado es el de bebidas altamente alcohólicas que pueden superar fácilmente los 18 grados de graduación.
  • Koshu: se trata del sake envejecido, un concepto muy habitual en las bebidas alcohólicas que producimos en este lado del mundo. Lo que se hace es dejar en la botella durante un periodo de tiempo que puede ir desde los 2 hasta los 20 años. El resultado es el de una bebida que se torna amarillenta y que se suele degustar a temperatura ambiente para captar sus matices, en lugar de servirla muy fría.

Espumoso: con el espumoso se obtiene un sake ligero con una graduación más baja, de entre el 5 y 10% de alcohol, por ello se puede tomar frío y a modo de vino o cerveza.