No es fácil conocer las principales diferencias entre úlceras venosas y arteriales, por ese motivo hemos decidido realizar este artículo. A lo largo de estas líneas te vamos a mostrar información de cada una de las dos cosas y finalmente sus diferencias. Para que el artículo sea de calidad y puedas tener la información que buscas nos hemos puesto en contacto con los mejores expertos, así garantizamos que la información que obtienes es de máxima calidad.

¿Qué es una úlcera venosa?

Una úlcera se refiere a una pérdida prolongada de sustancia en la piel o las mucosas, dando lugar a una herida que no se cura espontáneamente. Existen varios tipos de úlceras, entre las que se incluyen las úlceras venosas.

En términos simples, una úlcera venosa está vinculada a problemas en el sistema venoso, que son los vasos sanguíneos encargados de llevar la sangre hacia el corazón. La insuficiencia venosa, que impide un retorno venoso eficiente, es la causa principal de las úlceras venosas. Esto provoca el estancamiento de la sangre en las venas, generando una presión significativa en sus paredes. La sangre puede filtrarse y dañar los tejidos circundantes, dando lugar a la formación de úlceras de manera espontánea o después de una lesión menor.

Las úlceras venosas son comunes en las piernas, manifestándose como heridas que pueden extenderse hasta el hueso, generalmente localizadas en la parte inferior de la pierna y especialmente en el tobillo.

La úlcera venosa es una complicación derivada de trastornos circulatorios, siendo las venas varicosas y la flebitis (o trombosis venosa) causas significativas. Los síntomas de estas úlceras pueden incluir heridas persistentes y diferentes tipos de lesiones como la hipermatitis aguda o las lesiones dermoepidérmicas.

El tratamiento de una úlcera venosa implica la limpieza de la herida y el inicio del proceso de curación. En casos de infección, se pueden utilizar antisépticos para eliminar patógenos, y se aplican apósitos específicos para favorecer la cicatrización. En situaciones más graves, se puede recurrir a injertos de piel para acelerar el proceso de curación.

Además del tratamiento de la herida, es crucial abordar la causa subyacente, que implica mejorar la circulación en el sistema venoso para reducir el riesgo de recurrencia. Se pueden considerar varios enfoques terapéuticos, como la compresión venosa elástica mediante calcetines, medias o pantimedias, la escleroterapia para inducir la retracción de las venas, el uso de venotónicos para estimular la circulación y la cirugía en casos donde los tratamientos anteriores resultan ineficaces.

¿Qué es una úlcera arterial?

Una úlcera se describe como una herida que no cicatriza después de seis semanas de un tratamiento adecuado. La mayoría de las úlceras tienen su origen en problemas vasculares, vinculados a trastornos en la circulación (arterial o venosa).

La prevalencia de úlceras en las piernas es de aproximadamente el 1% en la población general y del 3 al 5% en personas mayores de 65 años. Alrededor del 70% de estas úlceras son secundarias a la insuficiencia venosa crónica (IVC). Estas úlceras en las piernas son una causa frecuente de consulta y hospitalización en dermatología y cirugía, generando estancias prolongadas y significativos costos sanitarios.

Cuando las arterias, que transportan sangre rica en oxígeno y nutrientes esenciales para la curación, se estrechan u obstruyen, se produce una falta de irrigación en los tejidos y la piel. En el caso de la patología arterial, esto puede derivar en heridas que no cicatrizan adecuadamente, volviéndose más graves con el tiempo. Por otro lado, la insuficiencia venosa crónica provoca una hiperpresión venosa que lleva al edema, limitando el retorno de las toxinas y afectando la circulación de oxígeno necesario para la curación, resultando en úlceras.

El tratamiento de las úlceras en las piernas, independientemente de su origen, se enfoca en abordar la causa subyacente antes que la consecuencia. En el caso de úlceras arteriales, se prioriza el tratamiento de la enfermedad vascular responsable mediante procedimientos como el desbloqueo de las arterias o la derivación mediante bypass. Además, se aplican cuidados locales con apósitos adaptados al estado de la herida.

En el caso de úlceras venosas, el diagnóstico se realiza principalmente de manera clínica, considerando la presencia de signos cutáneos de insuficiencia venosa crónica. El tratamiento local incluye limpieza, desbridamiento mecánico y el uso de apósitos específicos según la fase de curación.

Es fundamental abordar las úlceras venosas con compresión adecuada, aplicada diariamente. En casos de úlceras mixtas con componente venoso predominante pero acompañadas de arteriopatía obliterante moderada, se adapta la compresión bajo supervisión médica, priorizando el tratamiento de la patología arterial.

El tratamiento de las úlceras busca atender la causa subyacente, aplicar cuidados locales y mantener un enfoque integral que incluya la gestión del dolor, un estilo de vida saludable y la atención a necesidades específicas de cada paciente.

Diferencias entre úlcera venosa y arterial

Diferenciar la úlcera venosa de la arterial no siempre es fácil. Lo que está claro es que para ponerlas solución siempre tenemos que acudir a expertos para realizar el tratamiento. Una de las mejores opciones puede ser acudir a Varicenter, los mejores expertos en tratamiento de varices en Alicante.

Con la colaboración de Varicenter vamos a exponer algunas de las principales diferencias para que las puedas conocer. En el caso de las úlceras venosas, la razón principal es la insuficiencia venosa crónica (IVC), que surge debido a un mal funcionamiento de las válvulas venosas, resultando en la acumulación de sangre en las venas. Estas úlceras tienden a formarse sobre el tobillo y están asociadas con señales cutáneas como varices, edema y dermatitis ocre. Por lo general, causan molestias leves. El enfoque del tratamiento se centra en la aplicación diaria de compresión, desbridamiento mecánico y cuidados locales adaptados a la fase de curación.

Las úlceras arteriales tienen su origen en la enfermedad arterial periférica, caracterizada por el estrechamiento u obstrucción de las arterias. Estas úlceras suelen aparecer en áreas sujetas a presión o traumatismo, como los dedos de los pies o los bordes de los talones, manifestándose como heridas dolorosas. Los márgenes de las úlceras arteriales están claramente definidos y el lecho de la úlcera tiende a estar seco. El tratamiento se enfoca en mejorar el flujo sanguíneo arterial mediante procedimientos como la desobstrucción de arterias o la derivación con bypass, junto con cuidados locales que promuevan un entorno húmedo propicio para la cicatrización. Además, es esencial abordar la causa subyacente de la enfermedad arterial periférica para prevenir recurrencias.