Las varices y las arañas vasculares son problemas sumamente frecuentes entre la población, especialmente comunes en las mujeres. De hecho, hasta el 25% de las personas tienen alguna de estas patologías en España, según indican los expertos.

Se trata de afecciones cotidianas que no por ello son menos importantes. Cuando aparecen suelen presentarse como problemas estéticos, sin embargo, si no se tratan, lo cierto es que pueden afectar negativamente a la salud.

Además, hay diferencias notables entre las varices y las arañas vasculares, a menudo confundidas entre sí o tratadas como si fueran sinónimos del mismo problema. A continuación, te aclaramos estos dos conceptos y te mostramos sus aspectos diferenciales.

¿Qué son las varices?

Las varices son venas que van a mostrar una dilatación inusual a causa de una insuficiencia venosa. Lo habitual es que estén localizadas en determinadas zonas clave, que son los muslos, las pantorrillas o el interior de las piernas. Sus colores tienden hacia los azulados o morados y, por su ubicación, no se tienen por qué percibir a simple vista.

En los momentos en los que las válvulas venosas dejan de efectuar sus funciones de manera eficiente es cuando se generan las circunstancias adecuadas para que se desarrollen las varices. La sangre no podrá circular de una forma fluida y natural, por lo que se va a concentrar hasta provocar una hinchazón en los conductos y una sensación de dolor muy poco agradable.

Prevención de las varices

Las varices pueden aparecer por una simple tendencia genética y también en circunstancias que son más propensas a ello, por ejemplo, durante el embarazo. Es posible prevenirlas manteniendo hábitos de vida saludables, desarrollando actividad física diaria y procurando mantener las piernas en alto en los momentos de descanso.

Tratamientos para las varices

El tratamiento más extendido y común para las varices es el uso de medias de compresión, artículos que son capaces de hacer presión en la zona y que van a favorecer la buena circulación de la sangre. Sin embargo, cuando el problema es intenso, lo adecuado es acudir a expertos. En la actualidad hay centros especializados como varicenter.com en los que efectúan un diagnóstico preciso y realizan tratamientos de medicina avanzada para esta dolencia con buenos resultados. Algunos de ellos son muy novedosos y adecuados para los casos más complejos, como es el caso de la microespuma.

¿Qué son las arañas vasculares?

Las arañas vasculares se dan en vasos que son más pequeños que las venas, los cuales se pueden observar sin esfuerzo a través de la dermis. Se identifican con facilidad porque presentan la forma de una tela de araña, de donde toman su nombre. En este caso, el color será el mismo que el de las varices, pero aparecerán sobre todo en zonas de las piernas y el rostro.

Las causas de esta afección son algo diferentes, pues suele ser producida por una anormalidad en la presión de la sangre. Las causas con fundamentalmente hereditarias, aunque se pueden prevenir evitando conductas de riesgo como la exposición al sol excesiva y sin protección.

Prevención de las arañas vasculares

Hay ciertas pautas que pueden prevenir la aparición de las arañas vasculares y son las siguientes:

  • Emplear protección solar siempre que se salga a la calle y especialmente en el rostro, la zona más expuesta.
  • Evitar el uso de ropa ajustada que pueda presionar los vasos sanguíneos.
  • Limitar el consumo de alcohol, una sustancia que puede producir pequeñas roturas en los vasos.
  • También es recomendable hacer ejercicio de forma regular y mantener una vida activa.

Tratamientos para las arañas vasculares

En el caso de las arañas vasculares no encontramos tratamientos tan focalizados como los que se presentan para las varices. Sin embargo, algunas técnicas que han mostrado efectos positivos ante esta patología son la esclerosis vascular inyectada o las técnicas de luz pulsada.

Varices y arañas vasculares: ¿en qué se diferencian?

Al observar la definición de cada uno de estos problemas relacionados con la circulación de la sangre podemos notar claramente sus diferencias. Las varices tienen un tamaño mayor y suelen causar molestias a los pacientes en la vida diaria, mientras que el inconveniente de las arañas vasculares prácticamente se ciñe a la cuestión estética.

En el momento en el que las venas llegan a dilatarse creando las varices, esta circunstancia se va a volver crónica y dolorosa. Sin embargo, las arañas vasculares van a ser pequeñas y susceptibles de un tratamiento superficial. Estas últimas no tienen ninguna tendencia a complicarse y apenas suponen un riesgo para las personas que las padecen.

Uno de los daños ocasionados por las varices es que se produce cierto efecto de relieve, estirando la piel de las zonas afectadas. Es algo que no ocurre en ningún caso cuando se generan las arañas vasculares, totalmente planas y mucho más finas. No obstante, ambas pertenecen a un mismo problema de salud que se conoce como enfermedad venosa crónica.

Además, hay que destacar que no tienen los mismos síntomas: algo clave para saber identificar cuál de las dos patologías se sufre en cada caso. Las varices pueden llegar a ocasionar el sangrado de las zonas afectadas y también generar coágulos sanguíneos, por lo tanto, sus síntomas con bastante más acusados. Las arañas vasculares no van a generar dolor normalmente, van a ser detectadas de forma visual y solo pueden presentar molestias en contadas ocasiones, sin un riesgo para la salud de los pacientes.