Un matrimonio puede romperse de distintas formas que tienen diferentes consecuencias legales. Muchas veces se habla de separación y divorcio como dos términos que tienen el mismo significado, pero desde el punto de vista legal tienen distintas consecuencias.

La separación puede ser considerada el paso previo al divorcio, aunque en España luego del cambio de la ley en 2005 no es necesaria. Por otra parte, el divorcio contempla la disolución legal del matrimonio y de las relaciones económicas establecidas en el mismo.

Otra forma de disolución de una relación matrimonial es la anulación que necesita cumplir algunas causas para ser solicitada. La anulación puede ser civil o eclesiástica y ninguna de estas tiene injerencia sobre la otra.

¿Qué es un divorcio?

Un divorcio es la disolución del contrato matrimonial que se estableció entre ambos cónyuges en un momento determinado. La ruptura del lazo matrimonial se ha aceptado en diversas culturas desde la antigua Grecia y Roma así como los aztecas y celtas por diversas causas.

En el cristianismo, el divorcio fue prohibido porque se consideraba que el matrimonio era un lazo formado por Dios y por tanto era irrompible. La Reforma Protestante planteada por Lutero en el siglo XVI permitía el divorcio entre los cristianos por causas graves, pero no fue aceptada por los católicos.

Para el año 1796, Francia fue el primer país europeo en incluirlo en su legislación y sirvió de base para otros países. España tuvo una primera Ley del Divorcio en 1932 durante la II República, la cual se disolvió y se incluyó nuevamente en la legislación en el año 1981.

El último país europeo en aprobar el divorcio fue Malta en 2011 y los países donde es ilegal son el Vaticano y Filipinas.

Con base a la reforma de la ley en 2005, en España el único requisito legal para solicitar el divorcio, es que el matrimonio tenga al menos tres meses de celebrado. Puede ser solicitado por ambos o uno de los cónyuges.

En el Código Civil están contemplados dos tipos de divorcio:

De mutuo acuerdo

En este caso los cónyuges están de acuerdo con romper el contrato matrimonial que debe quedar contemplado en un acuerdo escrito. Este acuerdo debe ser ratificado por un juez competente para esta causa.

Además, en el convenio regulador debe quedar claramente establecida la forma en que se regirá la ejecución del divorcio. Esto se refiere tanto al establecimiento del reparto de los bienes compartidos como la custodia de los hijos y pensiones de manutención.

Los divorcios de mutuo acuerdo son bastante económicos para ambos cónyuges, ya que no se requiere una sentencia judicial. El proceso puede tardar unos dos a tres meses y generalmente causa un menor impacto psicológico en el núcleo familiar.

Contencioso

Este proceso ocurre cuando no hay acuerdo entre las partes con respecto a los términos del divorcio. Por tanto, se debe recurrir a un tribunal judicial para que un juez emita una sentencia que establezca los términos del convenio regulador.

El procedimiento para realizar un divorcio contencioso son los siguientes:

  • Uno de los cónyuges debe contratar un abogado privado o solicitar uno de oficio que presente una demanda de divorcio ante el juzgado correspondiente.
  • En la demanda se deben incluir los términos de la disolución del régimen económico, la guardia y custodia de los hijos, régimen de visitas y pensión alimenticia.
  • El cónyuge demandado tiene 20 días hábiles para contestar a la demanda manifestando si está de acuerdo con los términos o no por intermedio de un abogado.
  • Una vez conocida la demanda, se llama a ambos cónyuges a un juicio oral donde cada parte presentará las pruebas que considera necesarias con base a las medidas solicitadas.
  • El juez dicta sentencia en la cual reconoce el divorcio así como las medidas que van a regir el mismo.

Este proceso puede tomar un lapso de entre 6 hasta 30 meses según si se recurre o no la sentencia del juez. Por tanto, se recomienda recurrir a un mediador familiar que ayude a poner de acuerdo a los cónyuges y así no requieran llegar al juicio contencioso.

Una vez que se ha emitido la sentencia de divorcio, ambos cónyuges son libres de contraer matrimonio nuevamente. Además, queda disuelto el régimen económico compartido y a partir de ese momento los bienes de ambos son independientes.

¿Qué es una separación?

Es la decisión que toman ambos cónyuges en un matrimonio de dar fin a su convivencia y empezar vidas independientes. No obstante, no significa la disolución del contrato matrimonial por lo que no pueden contraer matrimonio con otras personas.

La separación puede ser solicitada por ambos o solo uno de los cónyuges sin necesidad del consentimiento del otro. En algunos países es un paso previo o causal para la posterior solicitud del divorcio.

En España, según la reforma del Código Civil de 2005 no se requiere la separación previa para solicitar el divorcio. En este país se contemplan dos tipos de separación:

De hecho

Ambos cónyuges o uno de ellos deciden iniciar una vida independiente y romper la convivencia matrimonial. En este caso, no se va a los juzgados y por tanto se mantiene el régimen económico compartido establecido en el matrimonio.

Judicial

Se acude a un juzgado para presentar una demanda de separación y lograr que el matrimonio quede suspendido legalmente. En este caso, cesa el régimen económico compartido durante el lapso que dure la separación.

La separación judicial puede ser de mutuo acuerdo o contenciosa y ambas siguen procedimientos similares a los contemplados en el divorcio de ambos tipos. Si luego de emitida la sentencia de la separación, ocurre la reconciliación conyugal ambos cónyuges deben hacerlo del conocimiento del juez de la causa.

Diferencias entre separación y divorcio

La principal diferencia es que cuando hay un divorcio ambos cónyuges están en libertad de contraer matrimonio con otras personas. Si las personas están separadas, no pueden contraer matrimonio legal con otra pareja.

Por otra parte, cuando se da una separación es posible que ocurra una reconciliación y se recupere el vínculo matrimonial. Luego del divorcio legal la ruptura del contrato matrimonial es definitiva y no hay reconciliación legal posible.

¿Qué es una anulación?

La anulación se entiende como la invalidación de un matrimonio y cuando se otorga es como si no hubiese existido desde el punto de vista legal. Esto se debe a que durante la realización del matrimonio ocurrieron vicios o defectos que lo hacen no válido.

La nulidad matrimonial civil es independiente de la eclesiástica así que no son vinculantes una de la otra. Entre algunas de las causas para la anulación están:

  • No hubo consentimiento por una de las partes.
  • El matrimonio ocurrió entre menores no emancipados.
  • Que uno de los cónyuges estuviera casado con anterioridad.
  • La ausencia de juez, alcalde, funcionarios acreditados o testigos.
  • El matrimonio se efectuó bajo coacción o amenaza.

Diferencias entre separación, anulación y divorcio

Cuando se da una anulación, el matrimonio ya no tiene validez y es como si nunca hubiese existido. Por su parte, en la separación no se pierde el vínculo matrimonial y en el divorcio este vínculo se rompe legalmente.

Por otra parte, cuando ocurre la anulación y el divorcio, los cónyuges pueden volver a contraer matrimonio con otras personas. En el caso de la separación, los cónyuges no son libres de volver a casarse.