El vocabulario o léxico español es uno de los más complejos que podemos encontrar en el mundo. El idioma español es una de las lenguas con mayor cantidad de vocablos, construcciones gramaticales, verbos y matices. Ello da lugar, en muchas ocasiones, a que este idioma resulte muy difícil de aprender por parte de los extranjeros.

Tanto es así que incluso los nativos y las personas que más familiarizadas estamos con el idioma en muchas ocasiones nos encontramos con dudas ante determinadas palabras. Ejemplo de ello, y una de las dudas más generalizadas, es la diferencia entre eficiencia y eficacia.

En este artículo te explicamos claramente qué quiere decir cada palabra para que no vuelvas a tener dudas y para que puedas aplicar cada una sin cometer errores.

¿Qué es la eficiencia?

Eficiencia es una palabra que proviene del latín: efficientia y etimológicamente significa “efficiēns”. Esta se traduce por “fabricar” y “hacer”. La eficiencia es una palabra muy ligada al entorno laboral o educativo. La misma tiene que ver con la capacidad de realizar o cumplir adecuadamente una función. Pero no solo eso, en el momento de cumplir dicha función específica lo que se busca es que sea con en el mínimo tiempo posible o con una inversión de recursos mínima.

Esto es lo que buscan la mayoría de las empresas a la hora de mejorar la productividad y el rendimiento. La eficiencia puede ser aplicada tanto a personas, así como a máquinas y en general a todo aquello que pueda cumplir una función o llevar a cabo una determinada acción. No obstante, la palabra eficiencia no está únicamente vinculada al entorno laboral o formativo, podemos encontrar una infinidad de referencias, como la eficiencia en los entrenamientos deportivos.

¿Qué es la eficacia?

La eficacia proviene de la palabra en latín “efficacia”. Esta se refiere a la capacidad para lograr el efecto que se desea o que se espera. Es decir, la eficacia hace referencia a la capacidad para lograr lo que nos proponemos o lo que se espera de algo en general. Por ejemplo, si nos proponemos hacer algo en un determinado periodo de tiempo y lo conseguimos.

La eficacia es una palabra que puede aplicarse, sobre todo, en cuestiones laborales, como por ejemplo concluir una obra en 1 año o visitar una cantidad específica de clientes al mes. No obstante, esta palabra puede aplicarse, también, a cualquier otra acción, como por ejemplo la eficacia de un medicamento que cumple con su función de acabar con un resfriado; el aire acondicionado de una vivienda, que permite enfriar la vivienda o el horno que calienta estupendamente la comida.

Diferencias entre eficiencia y eficacia

Aunque a simple vista estas palabras son muy parecidas y su significado parece no variar mucho, lo cierto es que hay un matiz fundamental que hace que estas palabras tengan un significado distinto y se aplique en contextos diferentes.

La eficacia, como hemos explicado, tiene que ver con conseguir el objetivo que nos proponemos o que se cumpla aquello que se espera en un determinado tiempo. El significado de eficiencia, por otro lado, no varía mucho ya que también tiene que ver con cumplir con unos objetivos específicos. Ahora bien, el matiz es que mientras que la eficacia implica un tiempo específico, por ejemplo, construir una vivienda en 1 año, la eficiencia tiene que ver con hacerlo en el menor tiempo posible y con la menor cantidad de recursos para abaratar costes. Una persona eficaz acabará la edificación en 1 año, mientras que una persona eficiente lo hará en 8 meses o incluso menos.

Otro ejemplo sería el caso de un trabajador de una empresa que cada día consigue vender más productos que el resto de trabajadores de una empresa. En ese caso nos encontramos ante una persona más eficaz que el resto del equipo. Lo cierto es que la sutileza es mínima, por ello hay tantas personas que se equivocan entre un concepto y otro.

Diferencia entre eficacia, eficiencia y productividad

Acabamos de ver las diferencias entre eficacia y eficiencia, conceptos que están muy ligados entre sí y muy relacionados con el tiempo en el cual se lleva a cabo una determinada acción. Ahora bien, si la persona eficiente es aquella que consigue los objetivos en el menor tiempo posible —y por lo tanto puede producir más—, ¿Cuál sería la diferencia de la eficiencia con respecto a la productividad?

Lo cierto es que la productividad, tiene una connotación diferente. Si nos centramos en la definición específica que ofrece la RAE, la productividad sería: “Capacidad o grado de producción por unidad de trabajo, superficie de tierra cultivada, equipo industrial, etc.”. Es decir, tiene que ver únicamente con producir más, mientras que eficiencia no está únicamente ligada a la producción. Un entrenamiento puede ser eficiente si se consigue quemar mayor cantidad de grasa en menos tiempo. En este caso, no interfiere en ningún momento la productividad. 

Ahora bien, la productividad tiene en cuenta la cantidad de productos obtenidos y los recursos que se han empleado, así que existe una relación directa con la definición de eficiencia. Pongamos un ejemplo. Si una fábrica cuenta con 100 trabajadores para hacer 1.000 zapatillas al día, ello equivale a 10 zapatillas por cada trabajador. Si se tiene en cuenta los recursos, el gasto energético y todo lo que interfiere en el proceso de producción es muy posible que la fábrica no esté siendo productiva y, por lo tanto, tampoco estará siendo eficiente.