Si estás pensando en adquirir un vehículo nuevo, no hace falta comprarlo en el concesionario. Debes saber que hay diferentes medios a través de los cuales conducir un vehículo nuevo. Las opciones que vamos a tratar aquí son el renting y leasing.

El problema viene dado en que no siempre se sabe cuáles son las diferencias entre el renting y leasing. Si te encuentras en esa situación, te vamos a mostrar las principales diferencias. Cuando las conozcas te será más sencillo elegir qué opción encaja mejor con lo que estás buscando.

¿Qué es el leasing?

Cuando hablamos de leasing, hablamos de un sistema de alquiler con derecho a compra. Esto significa que en primer lugar puedes disfrutar del vehículo durante X meses a cambio de una cuota mensual y pasado el tiempo puedes comprarlo, renovar el contrato con otro vehículo o dejar de disfrutar de un plan leasing.

Este sistema puede ser realmente interesante para las personas que tengan dudas de si a medio y largo plazo van a necesitar el vehículo. El sistema permite adquirirlo en caso de que el mismo te parezca interesante.

Normalmente este sistema ha sido diseñado especialmente para las empresas y autónomos. Es decir, no suele ser común que el sistema se ofrezca a los particulares que quieren disfrutar de un vehículo nuevo a cambio de un alquiler.

¿Qué es el renting?

Es un sistema de alquiler a través del cual el interesado sólo puede disfrutar del vehículo durante el tiempo que dure el contrato. Pasado el tiempo del mismo, el interesado puede renovar el contrato con otro vehículo o finalizarlo. En ningún caso se da la opción de adquirir el vehículo.

En contra de lo que pasa con el leasing, el renting está disponible para todo tipo de clientes, incluidos los particulares. Lo que está claro es que en ambos casos el vehículo siempre es nuevo.

¿Qué opción de alquiler me interesa más?

La respuesta depende directamente de lo que estés buscando. Aunque como has podido comprobar, si no eres empresa o autónomo no podrás acceder a un contrato de leasing.

Si tienes claro que solo quieres alquilar una furgoneta durante unos días, directamente deberás optar por realizar el contrato a través de una empresa de alquiler especializada. Supongamos que quieres alquilar una furgoneta en Barcelona para hacer un determinado trabajo o mudanza. Solo debes entrar en https://www.beneluxcar.es/alquiler-furgonetas-carga-barcelona y encontrarás la furgoneta que realmente te interesa en Barcelona. Lo positivo es que Beneluxcar nos ofrece la opción de alquilarla solo el tiempo que nos interesa. Eso permite que el coste del alquiler sea más bajo y en consecuencia sea una solución ideal para pequeños periodos de tiempo.

Si tienes claro que solo quieres alquilar un vehículo y luego no vas a tener interés de comprarlo, lo mejor que puedes hacer es optar por el renting. Ese sistema se centra solo en el alquiler durante X meses y pasado ese tiempo el contrato se cancela.

En cambio, si lo que tienes en mente es alquilar el vehículo y dejas la puerta abierta a comprarlo cuando finalice el contrato, entonces el leasing es la opción que realmente te interesa. En el contrato no solo se expone el importe mensual a pagar por disfrutar del vehículo. También se incluye una pequeña cláusula en la cual se informa del importe a pagar en caso de que finalmente optes por quedarte con la furgoneta o coche. La ventaja de esta opción es que eres libre de adquirir o no el vehículo en el futuro. Si te gusta cómo funciona el vehículo, solo deberás aceptar y podrás comprarlo.

¿Cuál es la duración de un leasing y renting?

Cuando analizamos un contrato de leasing, nos damos cuenta de que la duración mínima del mismo es de dos años. A partir de ese periodo de tiempo se nos permite elegir más años. Por regla general, la gran mayoría de empresas no suelen firmar contratos superiores a los seis años.

Como hemos indicado anteriormente, cuando el contrato finaliza, el beneficiario puede elegir entre varias opciones. La más común es que el beneficiario decida ejecutar el derecho de compra por valor al precio que venía en el contrato. Pero también cabe la opción de ampliar el plazo de alquiler o directamente finalizar el acuerdo. En ese caso, el vehículo se devuelve y a cambio se dejan de pagar las cuotas mensuales.

Si analizamos el renting, nos damos cuenta de que es una forma de alquilar a largo plazo. Dependiendo del tipo de contrato, la duración del mismo puede ir de uno a cinco años de media. Aunque lo más común es que se firme por un periodo de tres o cuatro años.

Cuando finaliza el contrato de renting, el beneficiario tiene varias opciones. Puede devolver el vehículo y finalizar el contrato, optar por firmar un nuevo contrato de renting o también se puede optar por ampliar el mismo a cambio de las mismas condiciones o mejoradas. Aunque esta última opción no suele ser la más demandada. Hay que recordar que el vehículo ya tiene unos años, por lo que firmar por el mismo valor no es realmente rentable.

¿Qué incluye el renting y el leasing?

Cuando optamos por el renting, debemos saber que, en la cuota mensual además de incluirse el vehículo, también se incluyen otros apartados. Para que te hagas a la idea, en la cuota mensual del renting ya se incluye la matriculación del vehículo, impuestos, seguro, mantenimiento… realmente solo se paga una cuota y se puede disfrutar del coche o furgoneta. Eso sí, no está incluida la gasolina.

En el caso del leasing, el titular delega en el arrendatario las obligaciones de la propiedad. En este caso, la persona que alquila el vehículo se tiene que hacer cargo del seguro, impuestos y mantenimiento del vehículo. Es como si fuese de su propiedad, pero con el sistema de alquiler.

De esa manera, podemos decir que el renting es un sistema de arrendamiento, mientras que el leasing funciona como un sistema de financiación.

Una vez que conoces las diferencias entre los dos sistemas, es el momento de elegir qué alternativa encaja mejor con lo que estás buscando.