La llegada de los vehículos eléctricos a nuestra sociedad ya no es una idea futurista, sino una realidad que encontramos cada vez más presente en nuestras calles. En los próximos años, la tendencia apunta a que los automóviles propulsados por gasolina, diésel o gas natural van a dar paso de forma progresiva a modelos 100% eléctricos o híbridos enchufables. Este cambio responde, principalmente, a una necesidad medioambiental: reducir las emisiones contaminantes y contribuir al hecho de disfrutar de un planeta mucho más limpio con una opción de movilidad más respetuosa con el medio ambiente. 

Los vehículos eléctricos no únicamente ayudan a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO₂), sino que también suponen un ahorro económico considerable para aquellas personas los conducen en su día a día, ya que el coste de recargar la batería resulta mucho más bajo que llenar un depósito de combustible.

Por todo ello, cada vez más conductores están optando por instalar cargadores eléctricos tanto en viviendas particulares como en espacios empresariales o comunidades de propietarios. Sin embargo, a la hora de escoger un punto de carga, surge una pregunta muy habitual: ¿es mejor optar por un cargador monofásico o uno trifásico? Elegir apostar por uno u otro, por supuesto, puede depender de diversos aspectos técnicos y de uso, por lo que conviene conocer bien las diferencias entre ambos tipos de cargadores para acertar en la decisión.

¿Qué son los cargadores monofásicos?

Los cargadores monofásicos están pensados para conectarse a una instalación eléctrica que opera con una sola fase. Esto quiere decir que la energía fluye a través de una única línea de corriente alterna, ofreciendo un suministro continuo, aunque limitado en potencia. Por este motivo, son la opción más habitual en entornos residenciales, donde las infraestructuras eléctricas están preparadas precisamente para este tipo de suministro.

Una de las grandes ventajas de los cargadores monofásicos es que no requieren modificaciones complejas en la instalación eléctrica de una vivienda, lo que facilita su integración en hogares unifamiliares, chalets o incluso garajes comunitarios. Además, su coste es generalmente más asequible que el de los modelos trifásicos, tanto en la adquisición como en la instalación, lo que los convierte en una solución ideal para quienes tienen un coche eléctrico de tamaño medio o híbrido enchufable con batería de menor capacidad.

En WOLTIO, firma especializada en soluciones de carga inteligente para movilidad eléctrica, destacan opciones como el WOLTIO SELECT o el WOLTIO PRO, ambos con conectores monofásicos capaces de alcanzar una potencia de carga de hasta 7,4 kW. Esta capacidad resulta más que suficiente para cargar el vehículo durante la noche o en períodos prolongados de inactividad, sin necesidad de aumentar la potencia contratada en la mayoría de los hogares.

¿Cómo son los cargadores trifásicos?

En el caso de los cargadores trifásicos, la energía se distribuye a través de tres fases, lo que permite manejar una potencia mucho mayor que en una instalación monofásica. Esta diferencia técnica se traduce en un proceso de carga considerablemente más rápido, aunque sin llegar a considerarse como “carga rápida”, por lo que este tipo de cargadores están especialmente indicados para vehículos de gran autonomía o para flotas de coches de uso intensivo.

Dado que requieren una infraestructura más robusta, los cargadores trifásicos suelen instalarse en espacios comerciales, naves industriales, parkings de empresas o puntos de carga públicos. También pueden utilizarse en viviendas, siempre y cuando la instalación eléctrica del hogar esté preparada para ello, aunque esto no es lo más habitual en España, donde la mayoría de domicilios cuentan con suministro monofásico.

Entre las principales ventajas de los cargadores trifásicos podemos destacar su capacidad para suministrar hasta 22 kW de potencia, lo que permite cargar un vehículo en menos tiempo. Esto resulta especialmente útil en contextos donde el tiempo de carga es un factor clave o cuando necesitamos alimentar varios vehículos al día. Modelos como el WOLTIO PLUG o el WOLTIO PLUS representan esta línea de cargadores trifásicos, que ofrecen una carga eficiente y efectiva de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. 

Si estás valorando qué tipo de cargador se puede adaptar mejor a tus necesidades, puedes entrar en la página web de WOLTIO y echar un vistazo a las opciones disponibles en https://woltio.com/cargadores-coches-electricos/, donde encontrarás soluciones diseñadas tanto para uso doméstico como profesional.

Diferencias entre los cargadores monofásicos y trifásicos

La potencia y el tiempo de recarga

La diferencia fundamental entre un cargador monofásico y uno trifásico radica en la potencia de carga y, en consecuencia, en el tiempo que tarda en recargarse la batería del vehículo. Mientras que los modelos monofásicos ofrecen una solución más simple, económica y perfectamente válida para aquellas personas que utilizan su coche eléctrico en su día a día y para dejarlo cargar por las noches en el entorno doméstico, los cargadores trifásicos responden a necesidades más exigentes, permitiendo cargas notablemente más rápidas, lo que permite utilizarlo en el sector de los servicios. 

Aquí debemos anotar que a pesar que cuentan con mayor potencia y a que tardan menos en completar la recarga, no se consideran opciones de carga rápida. Por este motivo, tanto las opciones monofásicas como trifásica de WOLTIO no dañan los componentes internos de la batería con el paso del tiempo y, con ello, permiten alargar su durabilidad. 

Los cargadores monofásicos de WOLTIO, que cuentan con potencias de hasta 7,4 kW, están pensados para usuarios que pueden dejar el vehículo cargando durante varias horas sin que esto suponga un problema. Por ejemplo, durante la noche, cuando la demanda eléctrica del hogar disminuye. En cambio, un cargador trifásico puede triplicar esta potencia, alcanzando hasta 22 kW, lo que permite cargar vehículos más grandes o con baterías de mayor capacidad en menos tiempo, algo esencial en entornos donde el tiempo de recarga es más limitado.

Diferencias en cuanto a la instalación

Desde el punto de vista de la instalación, el cargador monofásico tiene la ventaja de no requerir grandes cambios en la infraestructura eléctrica existente, lo que implica una menor inversión inicial. Por su parte, el trifásico puede necesitar una adaptación del sistema eléctrico del edificio, lo que implica un coste mayor, pero, por supuesto, esto se justifica si vamos a hacer un uso más intensivo del punto de carga en cuestión.

Ambos sistemas cuentan con medidas de seguridad avanzadas y funciones inteligentes, como la gestión dinámica de la potencia o la integración con aplicaciones móviles, especialmente en los cargadores de nueva generación como los que ofrece WOLTIO. La diferencia, en definitiva, se encuentra en el contexto de uso y en las necesidades específicas de cada usuario.

¿Debería elegir un cargador monofásico o trifásico?

En definitiva, podemos decir que tomar la decisión de elegir entre un cargador monofásico o trifásico dependerá, en gran medida, del tipo de vehículo eléctrico que tengamos, de la frecuencia de uso, de la potencia disponible en la instalación eléctrica y, por supuesto, de nuestro presupuesto. Para un uso particular y cotidiano, el cargador monofásico suele ser más que suficiente, mientras que para usos profesionales o en entornos ubicados en el sector servicios, el trifásico suele ser la mejor alternativa.

Sea cual sea la elección que tomes, es importante contar con dispositivos de calidad, seguros y eficientes que se adapten a las normativas actuales. En este sentido, los cargadores de WOLTIO se posicionan como una opción fiable y avanzada, pensada para facilitar la transición hacia una movilidad más limpia, conectada y sostenible.