Ser entrenador personal o ser preparador físico no es lo mismo. En ambos casos se trata de profesiones ligadas a la actividad deportiva, pero el objetivo de cada una de ellas, la cualificación requerida para ejercerlas y los métodos de trabajo que utilizan son distintos.

Comparten numerosos puntos en común, de ahí que sea habitual pensar que se trata del mismo profesional y que se puede recurrir a uno o a otro de manera indistinta, algo que supone un error de concepto. Si estás pensando en mejorar tu condición física a través de entrenamientos y ejercicios específicos contratando los servicios de uno de estos profesionales, es esencial que conozcas las diferencias entre un entrenador personal y un preparador físico. Solo así optarás por el adecuado, por aquel que realmente te ayude a lograr tus objetivos.

¿Qué es un entrenador personal?

Un personal trainer es el profesional que se encarga de asesorar y de establecer las pautas de un entrenamiento personalizado que permita mejorar tanto los hábitos de vida, como el rendimiento físico general de cualquier persona, realizando, además, el necesario seguimiento de su evolución.

Cualquier aficionado al ejercicio, sea o no un consumado deportista, puede recurrir a un entrenador personal por motivos muy variados, desde perder peso, a través de un incremento del ejercicio, hasta aumentar su musculatura, con rutinas concretas, o simplemente, iniciarse en la práctica deportiva con el entrenamiento más adecuado a su condición física.

“Un entrenador personal está cualificado para establecer el mejor plan de ejercicios para cualquier persona. La actividad de un preparador físico se centra en los deportistas profesionales” (fuente: https://www.fitnesstech.es/). Aunque su cliente persiga un objetivo bien definido, el entrenador personal, por supuesto, lo tendrá muy en cuenta, pero su trabajo se va a centrar en lograr una mejora general, controlando múltiples aspectos, no solo el entrenamiento en sí mismo.

La relación entre el profesional y la persona a la que entrena es realmente estrecha porque este va a realizar un asesoramiento extenso y un seguimiento de hábitos alimenticios, tiempos e intervalos de entrenos, grado de motivación ante nuevos retos, o preferencia ante determinados ejercicios.

Analizar la condición física de la que parte una persona y establecer las pautas de una actividad deportiva que contribuya a mejorarla, subiendo un nivel más y sin que el desánimo aparezca y le haga tirar la toalla, es el trabajo de un entrenador personal.

¿Qué es un preparador físico?

Como hemos indicado, ambas profesiones tienen mucho en común, pero para entender la diferencia, podría decirse que todo preparador físico es un entrenador personal, pero no todo entrenador es preparador físico.

El preparador es un profesional cualificado y especializado en una disciplina deportiva concreta. Aunque realice un seguimiento global de la persona a la que entrena, tiene un objetivo único y concreto: aumentar el rendimiento físico de un deportista evitando posibles lesiones.

El campo de actuación de un preparador físico se centra fundamentalmente en el entrenamiento de dos perfiles de personas:

  • Deportistas de cierto nivel, profesionales o de élite.
  • Personas con una buena base deportiva que buscan mejorar sus propias marcas o superar alguna prueba física concreta, por ejemplo, gente que se presenta a determinadas oposiciones (policías, bomberos…) que necesitan entrenamiento específico, exigente y perfectamente planificado, para superarlas con éxito.

El preparador físico trabaja en colaboración con profesionales de otras disciplinas para realizar un completo seguimiento del deportista. Psicólogos, nutricionistas, fisioterapeutas… forman, con él, un equipo que persigue el mismo fin, pero el trabajo del preparador se centra en una parcela muy concreta: mejorar la marca de un deportista. Atletas, corredores, futbolistas, nadadores… cuentan con preparadores para lograr una mejora general o incluso para trabajar una determinada prueba y lograr una meta perfectamente definida: ganar la Liga de fútbol, batir el récord de los 100 metros lisos, ser el vencedor de la Vuelta ciclista o conseguir una medalla en cualquier otra disciplina. En eso se centra un preparador físico, en ayudar a su cliente a lograrlo.

En España, un preparador físico necesita una certificación oficial que reconozca su capacitación para ejercer su profesión. Licenciatura o Grado en CCAFD, Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas o Técnico Superior en Acondicionamiento Físico son algunas de las titulaciones que lo hacen posible.

Diferencias entre entrenador personal y preparador físico

Tener claras las diferencias que existen entre un entrenador personal y un preparador físico es esencial a la hora de acertar con el profesional idóneo que responda a tus expectativas. En un primer momento, puede parecer que hacen lo mismo porque comparten el mismo ámbito de trabajo, el deportivo y los dos ofrecen una atención personalizada, pero su formación, la función que desempeñan y los métodos de entrenamiento que ejecutan son distintos.

Hay que matizar que un mismo profesional puede ser personal trainer y preparador físico, desarrollando su carrera laboral en las dos vertientes: asesorando y guiando los planes de entrenamiento de particulares, al tiempo que compagina esa actividad con la de preparador físico de deportistas profesionales.

En cualquier caso, las principales e importantes diferencias entre un entrenador personal y un preparador físico pueden resumirse en:

  • Un personal training puede ayudar a personas de cualquier condición física, incluso a aquellos que nunca han hecho ejercicio de forma habitual y quieren a alguien que les guíe en sus inicios. Esa no es, en principio, la función de un preparador físico, que suele estar enfocado al deporte profesional.
  • La formación de ambos profesionales también es diferente, ya que la que implica dedicarse a la preparación física de un deportista requiere la correspondiente titulación. Esto no quiere decir que un entrenador personal no esté cualificado para desarrollar su trabajo, con la realización de cursos de especialización, pero la formación es distinta, resultando más extensa y específica la de los preparadores físicos.
  • La especialización es otra de las diferencias básicas. Un preparador conoce a fondo las características, las exigencias, los riesgos de posibles lesiones, los tiempos de recuperación y cualquier otro aspecto relacionado con la práctica de un deporte determinado. Por su parte, el entrenador personal conoce aspectos generales de la actividad física, pudiendo encargarse perfectamente de planificar entrenos acordes a las necesidades de cada persona, teniendo en cuenta también aspectos como la nutrición o la motivación, pero no es frecuente que esté especializado en un deporte en concreto.
  • Por último, los objetivos en los que se centra cada uno de estos profesionales también son distintos. Un personal trainer busca la mejoría física general de su cliente, generalmente persiguiendo resultados globales: eliminar unos kilos de más, ganar agilidad y flexibilidad corporal, diseñar un programa de ejercicios de mantenimiento que generen bienestar… el objetivo de un preparador físico es mucho más concreto: mejorar la marca y el rendimiento de un deportista centrándose en mejorar aquellos aspectos posibles: velocidad, resistencia, potencia de salto, fuerza… su entrenamiento busca obtener lo mejor que cada deportista pueda dar con programas de ejercicios específicos que le ‘obliguen’ a dar el máximo, siempre de manera saludable y evitando lesiones.