La migración de datos es una tarea técnica clave en muchas organizaciones, especialmente cuando se actualizan sistemas o se cambia de proveedor.
A pesar de ser un proceso común, no está exento de desafíos. Una mala planificación puede provocar pérdidas de información e interrupciones en los servicios, por lo que conviene saber cómo llevarlo a cabo para evitar la mayoría de incidentes.
Qué es la migración de datos
La migración de datos es el proceso de trasladar información de un sistema a otro. Este traslado puede implicar mover datos entre distintos formatos, ubicaciones o tecnologías. Por ejemplo, puede tratarse del paso de una base de datos local a la nube, del cambio de un sistema de gestión empresarial (ERP), o de la consolidación de varios sistemas en una única plataforma.
Existen diferentes tipos de migración de datos, entre ellos:
- Migración de almacenamiento: se cambia la ubicación física de los datos, como cuando se sustituyen discos duros antiguos por nuevos sistemas de almacenamiento.
- Migración de bases de datos: los datos se trasladan de un sistema de gestión de bases de datos a otro (por ejemplo, de Oracle a PostgreSQL).
- Migración de aplicaciones: los datos se adaptan para que funcionen correctamente en un nuevo entorno de software.
- Migración a la nube: los datos se trasladan desde servidores locales a servicios de computación en la nube como AWS, Azure o Google Cloud.
En todos los casos, el objetivo es mantener la integridad de los datos, asegurando que toda la información llegue a su destino de forma completa y en el formato adecuado.
Riesgos de llevar a cabo una migración de datos
Aunque es un proceso necesario, la migración de datos conlleva una serie de riesgos que deben considerarse con cuidado. Estos son algunos de los más comunes:
Pérdida de datos
Uno de los problemas más graves durante una migración es la pérdida de información. Esto puede ocurrir por errores en el traslado, formatos incompatibles o interrupciones durante el proceso. Si no hay una copia de seguridad adecuada, los datos pueden desaparecer de forma irreversible.
Interrupción del servicio
Muchas empresas dependen del acceso continuo a sus datos. Una migración mal planificada puede generar tiempos de inactividad, lo que afecta a la productividad o incluso impide que los usuarios accedan a servicios importantes.
Incompatibilidad de formatos
Cuando los datos se migran a un nuevo sistema, puede haber diferencias en la forma en que se almacenan o interpretan. Por ejemplo, una base de datos puede utilizar un tipo de codificación diferente, lo que impide que ciertos caracteres o archivos se lean correctamente después del traslado.
Problemas de seguridad
Durante la migración, los datos pueden estar más expuestos a accesos no autorizados. Si no se toman medidas de protección, como la encriptación o el uso de canales seguros, existe el riesgo de que la información sea interceptada o modificada.
Fallos en la integridad de los datos
La integridad se refiere a que los datos sean correctos, completos y coherentes. Si, por ejemplo, una parte del sistema utiliza un formato de fecha distinto, esto puede provocar errores en informes o cálculos.
Consejos profesionales para hacer una migración de datos con éxito
Para reducir los riesgos y lograr una migración exitosa, es necesario seguir un enfoque organizado. Estos consejos pueden ser útiles a la hora de ejecutar la migración de datos.
Delega la tarea a un equipo profesional
Lo mejor para garantizar que no se corre el riesgo de exponerse a una pérdida o filtración de datos es contar con un equipo especializado. La necesidad de disponer de las máximas garantías es lo que ha llevado al servicio de migración de datos de Conpas.net a ser uno de los más demandados por empresas de todo tipo que buscan realizar la migración de datos de manera segura y eficaz.
Planifica con anticipación
Antes de iniciar cualquier migración, es importante definir claramente qué datos se van a trasladar, por qué se hace y cuál es el objetivo final. Un plan detallado debe incluir las fases del proceso, los responsables de cada tarea, los recursos necesarios y un calendario realista.
Evalúa la calidad de los datos
Antes de mover la información, conviene revisar si los datos están actualizados, si existen duplicados o si hay errores que puedan arrastrarse al nuevo sistema. Es buena práctica realizar una limpieza de datos para garantizar que solo se migra la información útil y correcta.
Haz copias de seguridad
Nunca se debe realizar una migración sin tener al menos una copia completa y verificada de todos los datos originales. Esto permite restaurar la información si algo falla durante el proceso.
Realiza pruebas previas
Es recomendable ejecutar una migración de prueba antes de hacer el cambio definitivo. Esto ayuda a detectar posibles errores de compatibilidad, problemas de rendimiento o pérdidas de datos. Si es posible, realiza estas pruebas en un entorno controlado o con una copia parcial de los datos.
Asegura la compatibilidad
Asegúrate de que el sistema de destino puede interpretar correctamente todos los datos. Esto incluye aspectos como el formato de los archivos, los tipos de datos, los sistemas de codificación de texto y las estructuras de las bases de datos.
Protege la seguridad de los datos
Durante la migración, utiliza medidas de seguridad como la encriptación, los protocolos seguros (por ejemplo, HTTPS o SFTP) y el control de accesos. Esto es especialmente importante si se manejan datos sensibles o personales.
Informa a los usuarios
Si la migración va a afectar a usuarios finales (empleados, clientes, etc.), es esencial informarles con anticipación. Explica qué cambios pueden esperar, cuándo ocurrirá el proceso y a quién pueden acudir si tienen problemas.
Supervisa el proceso en tiempo real
Durante la migración, se debe monitorear el proceso en todo momento para detectar errores o interrupciones. Usa herramientas de seguimiento que permitan ver el progreso y tomar decisiones rápidas si algo no va según lo planeado.
Verifica los resultados
Una vez completada la migración, realiza pruebas para confirmar que los datos están completos, que funcionan correctamente en el nuevo sistema y que no hay información faltante. También es importante comprobar que los procesos habituales (consultas, informes, accesos) siguen funcionando con normalidad.