Cuando alguien tiene un asunto legal, suele preguntarse quién le puede apoyar en el tribunal. En España, existen dos profesionales importantes, el abogado y el procurador. Aunque ambos forman parte del mundo jurídico, cumplen roles diferentes que se complementan. Conocer sus responsabilidades ayuda a manejar mejor el caso y evita malentendidos.
¿Qué es un abogado y que hace?
El abogado es un experto en leyes que brinda apoyo y representación legal a personas o empresas en distintos tipos de conflictos, ya sean civiles, penales, laborales, comerciales o administrativos. Su labor inicia cuando alguien solicita orientación respecto a un problema legal. Para ello, analiza cuidadosamente el caso, revisa la normativa aplicable y diseña un plan para proteger los derechos de quien lo contrata.
Entre sus responsabilidades está preparar documentos legales como demandas o respuestas a ellas. También defiende a su cliente en tribunales, presentando pruebas y realizando preguntas a testigos, con el objetivo de sustentar su postura ante jueces. Su trabajo combina conocimientos técnicos con habilidades para expresarse de forma clara y convincente.
Este profesional actúa como enlace entre la persona o entidad y el sistema judicial, dominando tanto la teoría del derecho como los procedimientos legales. Su consejo no se limita a la etapa judicial, sino que incluye evitar problemas legales y mediar para alcanzar acuerdos cuando sea posible. En muchos casos, busca resolver disputas sin necesidad de ir a juicio.
Para ejercer, debe contar con un título universitario en derecho y estar inscrito en el colegio profesional correspondiente. Esta afiliación asegura que cumple con las normas éticas y profesionales necesarias para representar adecuadamente a sus clientes.
¿Qué es un procurador y que hace?
El procurador es un profesional clave dentro del sistema judicial español, cuyo rol principal es representar a la persona que le contrata durante los procedimientos legales. Su tarea esencial consiste en gestionar la recepción y entrega de notificaciones y documentos relacionados con el caso, actuando en nombre del cliente y del abogado.
Este profesional tiene un papel decisivo para que el juicio pueda desarrollarse de manera adecuada. Su labor asegura que todas las partes implicadas en el proceso reciban la información pertinente de forma puntual y correcta. También puede encargarse de diferentes trámites ante los tribunales, como la presentación de escritos, la solicitud de copias, la obtención de resoluciones judiciales y la consulta sobre el progreso del expediente.
La presencia del procurador es necesaria en la mayoría de los juicios, con algunas excepciones que la ley contempla para no exigir su intervención. La obligatoriedad de contar con un procurador responde a la necesidad de mantener una comunicación clara y efectiva con las instancias judiciales.
Para ejercer esta función, el procurador debe haber cursado estudios superiores, aunque no es una carrera única; generalmente proviene de grados como Derecho o Relaciones Laborales. Tras completar la carrera, debe realizar una formación específica que le habilita para ejercer en esta área. Es imprescindible que esté registrado en el colegio oficial de procuradores y cumpla con los requisitos legales establecidos para poder desarrollar su actividad profesional.
Diferencias entre abogado y procurador
La diferencia principal entre el abogado y el procurador se encuentra en sus funciones dentro del proceso judicial. El abogado es el profesional que se ocupa de representar legalmente al cliente, elaborando la estrategia de defensa, presentando argumentos en las audiencias y negociando en nombre de quien representa. Su trabajo es fundamental para proteger los intereses del cliente durante el juicio y en las gestiones previas o paralelas al mismo.
Por su parte, el procurador actúa como un intermediario oficial entre el tribunal y las partes involucradas. Su labor consiste en gestionar y presentar toda la documentación necesaria para que el proceso avance de forma adecuada. Aunque su papel no suele incluir intervenciones en las audiencias ni exposiciones orales, es imprescindible para garantizar que todos los trámites administrativos y legales se cumplan según las normas establecidas.
Otra diferencia significativa está en la relación con el cliente. El abogado mantiene contacto directo y continuo con la persona que representa para entender su situación, analizar el caso y preparar la defensa adecuada. En cambio, el procurador suele recibir instrucciones tanto del cliente como del abogado, enfocándose en cumplir con sus responsabilidades procesales sin entrar en el fondo del asunto.
Mientras que el abogado puede trabajar en diferentes ramas del derecho y ofrecer asesoramiento legal tanto fuera como dentro del ámbito judicial, el procurador tiene una función más limitada. Su trabajo se restringe a la representación formal ante los tribunales y a la tramitación administrativa del proceso, siendo un apoyo clave para que la justicia se lleve a cabo correctamente.
¿Cuándo se debe contratar a cada profesional?
En la mayoría de los procesos judiciales es imprescindible contar con un abogado y un procurador, aunque existen excepciones dependiendo del tipo de procedimiento y la cuantía del asunto.
En casos complejos o de especialización, contratar a un buen abogado es fundamental para tener una defensa adecuada y aumentar las posibilidades de éxito. La experiencia y el conocimiento del abogado pueden marcar la diferencia en el resultado del juicio.
Por su parte, el procurador es requerido para representar procesalmente al cliente y garantizar que todas las notificaciones y documentos llegan correctamente. Su labor asegura que el procedimiento no se paralice por cuestiones formales o administrativas.
Si te encuentras en la situación de tener que iniciar o defender un proceso judicial, es conveniente que antes de contratar a un profesional del derecho, explores diferentes opciones. En el momento de contratar a un buen abogado, te recomiendo mirar en AbogadosDuran.com donde obtendrás información clara y confiable sobre especialistas adecuados para tu caso.
¿Pueden colaborar los dos profesionales?
El abogado y el procurador tienen trabajos diferentes, pero mantienen una colaboración constante durante todo el proceso judicial. El trabajo del abogado consiste en preparar y defender el caso, mientras que el procurador se encarga de realizar los trámites y comunicarse con el juzgado.
Esta cooperación entre ambos trabajos facilita que los procedimientos legales sean más rápidos y ordenados. De este modo, el cliente puede enfocarse en su situación con la seguridad de que profesionales especializados se ocupan de cada parte del proceso, garantizando que todo avance sin problemas.