Tras muchas consultas por parte de nuestros lectores hemos decidido realizar este artículo para que puedas acceder a la información que buscas con rapidez. Nuestro objetivo es que puedas conocer las diferencias entre subrogación y novación de hipoteca y así solicitar la opción que mejor encaja con tus necesidades.

¿Qué es la subrogación de hipoteca?

La subrogación de hipoteca es un mecanismo mediante el cual se cambia la entidad financiera que concede el préstamo. En otras palabras, el titular de la hipoteca pasa de un banco a otro, manteniendo las condiciones básicas del préstamo original, aunque con la posibilidad de mejorar ciertos aspectos, como el tipo de interés, el plazo de amortización o los productos vinculados. La subrogación se utiliza principalmente como herramienta para optimizar la deuda, buscando condiciones más favorables que reduzcan la carga financiera mensual.

Un aspecto clave de la subrogación es que no se trata de un nuevo préstamo, sino de una transferencia de la deuda existente. Esto significa que el banco receptor asume la deuda pendiente y se convierte en el nuevo acreedor del cliente. La operación requiere la autorización de la entidad original, aunque la ley protege al consumidor para que no se le niegue sin motivos justificados. En la práctica, los bancos suelen facilitar la subrogación cuando el cliente demuestra capacidad de pago y buen historial crediticio.

Si quieres mejorar las condiciones de tu hipoteca, con la ayuda de los brokers hipotecarios de Brokersfinance.es podrás solicitar una subrogación de hipoteca con mejores condiciones y así conseguir llegar mejor a fin de mes. Este tipo de gestión se ha vuelto especialmente popular en entornos de tasas de interés cambiantes, donde un pequeño ajuste en el tipo aplicado puede suponer un ahorro significativo a lo largo de la vida del préstamo.

Ventajas de la subrogación hipotecaria

Los brokers de Brokersfinance nos muestran las principales ventajas de la subrogación, una opción útil para optimizar las condiciones de un préstamo. Uno de los beneficios más destacados es la posibilidad de reducir el interés aplicado a la hipoteca, lo que disminuye el coste total y permite ahorrar dinero a lo largo del tiempo. Esto resulta especialmente útil cuando los tipos de interés del mercado varían y las entidades financieras buscan atraer clientes ofreciendo mejores ofertas.

Otro aspecto positivo es la capacidad de ajustar el plazo de devolución del préstamo. Al alargar el tiempo de pago, las cuotas mensuales se vuelven más accesibles, lo que ayuda a mejorar la economía familiar y facilita la organización de los gastos. La subrogación también ofrece la opción de renegociar productos asociados al préstamo, como seguros de vida o de hogar, adaptándolos a las necesidades actuales y logrando condiciones más favorables.

Esta herramienta se caracteriza por su sencillez y flexibilidad, ya que no exige cancelar el préstamo ni generar uno nuevo, sino transferir la deuda a otra entidad. Esto hace que el proceso sea más ágil y evita los costes extras relacionados con la formalización de un crédito distinto.

¿Qué es la novación de hipoteca?

La novación hipotecaria es un proceso mediante el cual se modifican los términos de un préstamo con el mismo banco que lo otorgó originalmente. No implica cambiar de entidad financiera, sino ajustar el contrato existente para que se adapte mejor a la situación económica o personal del cliente. Se pueden alterar aspectos como la tasa de interés, el tiempo para pagar la hipoteca, la forma de amortización o ciertas cláusulas específicas del contrato.

Este procedimiento requiere un acuerdo entre el cliente y la entidad bancaria para actualizar las condiciones vigentes. Al no cambiar de acreedor, el banco sigue siendo el mismo responsable del préstamo, lo que puede simplificar los trámites, dado que la entidad ya conoce la historia financiera y la capacidad de pago del cliente.

Una de las razones más comunes para solicitar una novación es reducir la cuota mensual cuando los ingresos disminuyen, alargando el plazo de pago. También se usa para aprovechar tasas de interés más bajas según las fluctuaciones del mercado.

Ventajas de la novación de hipoteca

La novación ofrece importantes beneficios frente a mantener un contrato tal como está. Permite ajustar un préstamo a situaciones nuevas, evitando presiones económicas excesivas y reduciendo la posibilidad de incumplimientos. Este proceso suele ser más ágil que una subrogación, ya que no requiere la participación de otra entidad ni el traspaso del crédito.

Otra ventaja es que, en muchos casos, los costes asociados son más bajos. Cambiar las condiciones del préstamo puede implicar menos gastos que abrir uno nuevo o enfrentar ciertos impuestos por la transferencia de la deuda. También facilita conservar una relación estable con el banco, lo que resulta útil para acceder a futuros productos financieros y mantener la confianza con la entidad.

¿Cuáles son sus principales diferencias?

Aunque ambos trámites permiten modificar aspectos de una hipoteca, existen diferencias clave entre ellos. La primera diferencia se encuentra en la entidad que gestiona el préstamo. En la subrogación, la deuda se transfiere a un banco distinto, mientras que en la novación permanece con la misma entidad. Este cambio de acreedor en la subrogación puede generar costos adicionales, como comisiones por apertura o cancelación anticipada, que no suelen aplicarse en la novación.

Otra distinción importante es el objetivo principal de cada proceso. La subrogación se emplea generalmente para obtener mejores condiciones, ya sea un interés más bajo o un plazo más conveniente, aprovechando la competencia entre entidades. En contraste, la novación busca adaptar la hipoteca a nuevas necesidades del cliente, sin cambiar de banco. La subrogación es más indicada para quienes desean ahorrar dinero a largo plazo, mientras que la novación se centra en ofrecer mayor flexibilidad según la situación personal del deudor.

También varían los trámites legales y administrativos. La subrogación requiere la aprobación del nuevo banco y formalizar la transferencia de la deuda, lo que puede prolongar el proceso y aumentar los costos de gestión. La novación, por su parte, solo necesita un acuerdo entre el cliente y el banco original, siendo un procedimiento más ágil y sencillo de ejecutar. Estas diferencias determinan qué opción es más adecuada según las prioridades financieras de cada persona.