Cuando se trata de una sucesión, es bastante fácil que surjan dudas respecto a los términos legales que se utilizan para designar a las personas que van a recibir los bienes y los derechos de una persona fallecida. Entre los conceptos más frecuentes se encuentran los de heredero y legatario, los cuales, aunque están relacionados, tienen diferencias fundamentales. Cuando entendemos estos términos no sólo conseguimos gestionar adecuadamente el patrimonio durante una sucesión, sino que también evitamos las confusiones y los posibles conflictos que pueden surgir entre los beneficiarios.
Por este motivo, en este artículo, abordaremos de manera clara y accesible qué es un heredero, qué es un legatario y cuál es la diferencia principal entre heredero y legatario. Si tienes dudas sobre estos dos conceptos jurídicos o necesitas asesorarte en temas de herencias, los abogados profesionales de Garanley, un despacho de abogados en Barcelona especializados en herencias, pueden ayudarte a resolverlas.
¿Qué es un heredero?
Para comprender la diferencia entre heredero y legatario, primero es necesario entender qué es la primera de ellas. Un heredero es la persona designada por ley o por el testamento de la persona fallecida para sucederle en todos los derechos, bienes y obligaciones que componen la herencia. Esto significa que, además de los bienes, esta persona asume las deudas y las cargas del patrimonio que antes pertenecía a la persona que ha fallecido.
La figura del heredero se encuentra regulada en el Código Civil español, que establece que, salvo que el testamento especifique otra cosa, la herencia se debe repartir conforme a las disposiciones legales de la sucesión. De esta manera, puede haber distintos tipos de herederos.
Por ejemplo, los herederos forzosos son aquellos a los que la ley reserva una parte de la herencia (lo que se conoce como “la legítima”), como los hijos o descendientes, ascendientes o, en su caso, el cónyuge —a pesar de que hay especificaciones en este caso—. Los herederos voluntarios son aquellos que han sido designados libremente por el testador al incluirlos en su testamento.
En resumen, cuando hablamos de heredero que es, nos referimos a quien asume la totalidad de los derechos y obligaciones de la persona a la que va a suceder, ya sea por disposición legal o testamentaria, ya que según la existencia o no de un testamento también permite clasificarlos en herederos testamentarios o intestados.
¿Qué es un legatario?
El legatario, por su parte, es la persona que recibe un bien o derecho concreto, pero no responde de las deudas ni de las obligaciones de la herencia, salvo que, en el testamento se disponga lo contrario. Dicho con otras palabras, el legatario no sucede al fallecido en su totalidad, sino únicamente en el objeto específico que se le haya dejado en el testamento.
Para explicar mejor qué es un legatario, es importante destacar que este adquiere el legado directamente tras la muerte del testador, aunque es el heredero quien tiene la obligación de entregarle el bien o derecho en cuestión. Normalmente, se trata de uno o varios bienes en concreto, que han quedado especificados en un testamento.
Por ejemplo, si el testador deja en su testamento la indicación de que su coche o una propiedad concreta pase a una determinada persona, ésta se considerará como legataria. No obstante, su participación en la herencia se limita exclusivamente al bien legado, salvo que en el testamento se indique lo contrario, no tendrá que responder ante los derechos, obligaciones ni las deudas que sí que asumen los herederos.
¿Cuál es la diferencia entre un heredero y un legatario?
La diferencia principal entre heredero y legatario radica principalmente en el alcance de los derechos y obligaciones que cada uno adquiere. Por ejemplo, según el ámbito de la sucesión, el heredero sucede al fallecido de forma universal, es decir, en la totalidad de los bienes, derechos y obligaciones de la herencia. El legatario, en cambio, solo recibe un bien o derecho específico que le haya sido asignado en el testamento.
En cuanto a la asunción de deudas, podemos decir que el heredero asume las deudas y obligaciones de la persona fallecida, ya que la herencia incluye tanto los activos como los pasivos del patrimonio. El legatario, sin embargo, no responde de las deudas de la herencia, salvo que el testador haya indicado lo contrario en el testamento.
Si hablamos de la adquisición de los bienes, hay que tener en cuenta que el heredero adquiere los bienes de forma automática tras la aceptación de la herencia. En cambio, el legatario necesita que el heredero entregue formalmente el bien o derecho legado, a pesar de que su derecho sobre el legado surge directamente con el fallecimiento del testador.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que, si no existe ningún testamento, solo existen herederos, que se designan conforme a las disposiciones legales de la sucesión intestada. Es decir, que los legatarios sólo existen si el testador ha dejado constancia de un legado específico en su testamento.
Una persona puede ser heredera y legataria al mismo tiempo
En definitiva, podemos decir que al hablar de heredero y legatario y sus diferencias, podemos concluir que el primero tiene una participación total y universal en la herencia, mientras que el segundo se limita a recibir bienes o derechos concretos sin asumir las cargas. Además, una persona puede ser heredera y legataria al mismo tiempo, por lo que, en una herencia, puede obtener sólo los bienes y los derechos designados sin tener que responder ante las deudas.
Entender la diferencia entre heredero y legatario es esencial para gestionar una herencia de forma adecuada y evitar malentendidos. Mientras que el heredero sucede al fallecido de manera universal, asumiendo tanto los bienes como las deudas, el legatario únicamente adquiere los bienes concretos que el testador le haya asignado en el testamento.
Si necesitas orientación o apoyo legal en temas sucesorios, en Garanley encontrarás un despacho de abogados con expertos en herencias y planificación testamentaria que pueden ayudarte a resolver todas tus dudas. La claridad y el respaldo profesional son esenciales para garantizar que el reparto del patrimonio se realice de manera justa y conforme a la voluntad del fallecido gracias a la redacción de un testamento.