Uno de los componentes fundamentales para el cultivo y crecimiento de nuestras plantas es, sin duda, el abono.

Se trata de un fertilizante necesario para el óptimo crecimiento y desarrollo de las plantas y el suelo, manteniéndolos en óptimas condiciones para la realización de los procesos básicos de los vegetales. Su elección es, por tanto, de vital importancia, pues constituye el alimento básico de nuestras plantas y cultivos.

A continuación, os hablaremos de los tipos de abono que hay, de tal manera que escojáis el más adecuado.

¿QUÉ TIPOS DE ABONO HAY?

Dependiendo de las características del cultivo, así como del suelo, debemos barajar los diferentes tipos de abono existentes:

– GRANULADOS

Dentro del grupo de fertilizantes sólidos, encontramos los abonos granulados que, a su vez, se pueden presentar como microgranulados y macrogranulados. “Su elección dependerá de si buscamos una dosificación más o menos precisa”, nos recomiendan desde el portal Jardinizados.com.

Desde sus comienzos hasta día de hoy, estos fertilizantes han evolucionado hasta convertirse en uno de los más demandados. En cuanto a su finalidad, son aportados a los cultivos bien sea como abonado de fondo (suelo sin cultivo) o de cobertera (encima del cultivo).

– LÍQUIDOS

Como su propio nombre indica, se trata de fertilizantes líquidos que son aplicados bien de forma directa o bien disueltos en agua, lo que acelera su absorción. Contienen una buena cantidad de componentes primarios necesarios – nitrógeno, fósforo y potasio – para los cultivos y plantas.

Como ocurre con los abonos granulados, en los fertilizantes líquidos también podemos encontrar dos tipos: fertilizantes de fondo o NPK y fertilizantes nitrogenados líquidos o de cobertera. Según el tipo de absorción de la planta, los fertilizantes líquidos pueden ser de absorción radicular, es decir, a través de las raíces, o de absorción foliar, esto es, por las hojas.

La gran ventaja de los fertilizantes líquidos reside en su versatilidad, la cual permite innumerables combinaciones de nutrientes muy beneficiosas para los cultivos.

– LIBERACIÓN LENTA

Se trata de uno de los tipos de abono más precisos y eficaces. Engloba a los fertilizantes que aportan los nutrientes necesarios de manera eficaz, controlada y durante un periodo de tiempo prolongado, lo cual permite una dosis constante de nutrientes en el suelo.

Encontramos tres grupos de este tipo de fertilizantes en base a su composición química, su estructura y la forma en la que liberan sus componentes. Así, distinguimos entre:

• Abonos recubiertos: se trata de fertilizantes que se presentan encapsulados en una membrana semipermeable. El agua se introduce poco a poco en ella, disolviendo el fertilizante y liberándolo al cultivo.
• Abonos de baja solubilidad: requieren una gran cantidad de agua para su completa solubilidad. Este hecho se traduce en una baja mineralización y baja concentración de nitrógeno.
• Abonos con inhibidores de la nitrificación: se trata de compuestos que influyen en un proceso químico: retrasan la transformación del nitrógeno amónico en nítrico. Esta acción garantiza la eficiencia del nitrógeno en el cultivo.

– ORGÁNICOS

Los abonos orgánicos son aquellos cuya composición proviene de desechos animales, vegetales y/o desperdicios. Son, por tanto, completamente naturales, lo que disminuye la presencia de agentes químicos en plantas y cultivos. Además, aportan todos los nutrientes necesarios e influyen de manera muy positiva en la estructura del suelo.

Representan una buena alternativa sostenible que ha ido ganando adeptos a lo largo del tiempo.

TIPOS DE ABONO UTILIZADOS EN AGRICULTURA ECOLÓGICA

Antes de sumergirnos en los tipos de abono requeridos en este tipo de producción agrícola, os dejamos una breve definición acerca de la agricultura ecológica.

Se trata de un tipo de producción que apuesta por la obtención de alimentos mediante sustancias y procesos naturales, abogando por un impacto medioambiental mínimo.

En cuanto a los tipos de abono empleados en la agricultura ecológica cabe señalar que son aquellos compuestos por seres vivos, bacterias y hongos, en su mayoría, que actúan como agentes de transformación y mineralización de la materia orgánica.

Distinguimos entre:

• Humus de lombriz: consiste en la reproducción de lombrices en cautiverio para producir el humus, es decir, el estado más avanzado en la descomposición de materia orgánica.
• Compost: Es el resultado de la mezcla de materia orgánica, bien sea estiércol, residuos de cosecha o del ámbito doméstico, descompuestos por la acción de bacterias y hongos.
• Abonos verdes: este tipo de fertilizante se obtiene del sembrado de plantas de crecimiento rápido, las cuales son enterradas en el mismo lugar. Se produce así un ciclo de renovación de nutrientes.
• Guano de isla: Se trata de uno de los fertilizantes naturales de mayor calidad obtenido a partir de la mezcla de excrementos de aves marinas, plumas, huevos…

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE TIPOS DE ABONOS

¿QUÉ TIPO DE ABONO NECESITAN LOS ÁRBOLES FRUTALES?

Partiendo de la base de que, para una fertilización eficiente, es necesario conocer las necesidades de cada especie, así como los tiempos de absorción de nutrientes, podemos distinguir entre:

Abonado de fondo, el cual se realiza a finales de invierno, y abonado de mantenimiento, realizado con posterioridad al primero. Éste último garantiza la aportación total de nutrientes a las plantas.

¿QUÉ TIPO DE ABONO ES BUENO PARA LOS NOGALES?

El fertilizante para los nogales ha de estar compuesto por nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio. La proporción de estos componentes es variable dependiendo tanto de la edad del árbol como de la estación del año en la que nos encontremos.

Entre los abonos podemos encontrar BTL Total Max, que protege al nogal del ataque de virus, o Lombrico Mol 75, con el que aportamos ácidos fúlvicos que mejoran la estructura del suelo y, por consiguiente, a la salud del nogal.

¿QUÉ TIPO DE ABONO NECESITA EL TOMATE?

Es necesario que, ya sea utilizando un abono de tipo orgánico u otro de tipo inorgánico, el fertilizante que empleemos contenga fósforo, potasio y nitrógeno, es decir, los componentes básicos.

Una vez tengamos esto en cuenta, se recomienda utilizar un abono natural que garantice que el producto está libre de químicos. El humus de lombriz o el guano serían una buena opción.

¿QUÉ TIPO DE ABONO NECESITA EL LIMONERO?

Hemos de tener en cuenta que el limonero requiere de unos cuidados diferentes a otro tipo de plantas de huerta. Es por ello que el abono ha de ser específico.

Uno de los más completos es el Abono Cítricos. Contiene NPK en proporciones adecuadas para garantizar los nutrientes necesarios para los limoneros y, en general, para los cítricos.

¿QUÉ TIPO DE ABONO NECESITAN LAS FRESAS?

Sin duda, el más indicado para las fresas será un tipo de abono natural, orgánico. Además, el suelo ha de estar compuesto por una gran cantidad de materia orgánica. Uno de los abonos más indicados es el compost.

¿QUÉ TIPO DE ABONO NECESITAN LAS PLANTAS?

Por un lado, tenemos los abonos orgánicos, siendo los más utilizados el compost, el humus, el guano y los denominados abonos verdes. Constituyen una opción alternativa a los de tipo inorgánico, muy beneficiosos para las plantas y que, además, favorecen el terreno del jardín.

Por otro lado, encontramos los abonos minerales, ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, así como de otros elementos, cuyas proporciones han sido medidas en laboratorios y son específicas para cada tipo de plantas.

¿QUÉ TIPO DE ABONO SE UTILZA PARA EL CÉSPED?

Además de los abonos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, no debemos olvidar que el césped necesita macronutrientes secundarios y microelementos, tales como el azufre, el magnesio o el hierro. Si optamos por el abono orgánico, podemos decantarnos por el humus, el compost o el abono verde.

¿QUÉ TIPO DE ABONO SE UTILIZA PARA LA YUCA?

Por lo general, se suele abonar con un fertilizante líquido, a ser posible diluido en agua de riego.

Es preferible utilizar un abono con una proporción elevada de nitrógeno, además de contener otros componentes necesarios como el fósforo y el potasio. Si el abono contiene, además, micronutrientes como el hierro, el manganeso, el cobre o el cinc, iremos por el buen camino para garantizar un correcto crecimiento de la planta.